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Poesía

Renacer en aguas de arcilla

bajo una lluvia de miel en los dedos

que acarician las grietas del dolor.

Acrecienta el silencio una plegaria de parche que se esparce como lamento en el aire.

Algo se empieza a mover adentro

ritmos arcanos que se despliegan

y una potencia que invita a mutar

a buscar otra piel que contenga

íntegra, flexible, sin marcas.

Bautismo de greda y sal

ritual para curar el niño.

MICHELLEFILSTEIND

Con hilos de luna y viento tenso la urdimbre y con restos de fragilidad tramo una red -malla ingrávida y potente- alrededor del centro para que se disponga el corazón a los sentires sin temor al quiebre,lejos de las sombras aullantes.

Diana:

Gracias por la clase de anoche.

Entre todos la hicieron tal como yo la necesitaba, y tuve la fuerza que me hizo falta en el momento justo.

Dianita querida: ¿serías gustosa de mandarle estas líneas y el poemita de abajo a todos los compañeros? A los que estaban anoche y a los que no, a los del martes, a los del viernes y a los del ex-miércoles, a los de la escuela y a los de a veces, a los profes de acá o de lejos…

Porque con todos soy la tribu. Y cada uno hizo algo por mí, aunque no me diera cuenta cada vez.

Abrazos a todos!!!

 

Compañeros

Anoche le pedí a la tribu

tenerlos a todos dentro mío,

que cada cual me prestara

un poco de su fuerza, un ratito.

 

Y me dieron luces, bendiciones,

espíritus, fuerzas, energías…

y hasta silencio y consejos.

Cada uno me dio lo que tenía.

 

Y danzamos con pasos

de tigres y gacelas,

de machos bien machos,

de hembras bien hembras.

 

Y encontramos nuestros ojos

en miradas de cualquiera

para apoyarnos un instante

de saludo y reverencia.

 

Y confiamos nuestros cuerpos

con los ojos cerrados

al balanceo y la caída,

seguros de otras manos.

 

Y nos dejamos estar

desprolijos en el nido

pura tibieza y latido

 

Y buscamos entre todos

la fuerza de la tierra…

Y en mí se metió

la tribu entera.

 

Juan Carlos Rogna
11/11/2009 

La semana reposa en el atardecer del viernes

Me sumerjo en un nido inmenso y viviente

De corazones que laten a un ritmo deseoso

de encontrar miradas como lagos de agua

cuando el aire caliente quema como braza.

 

Deshojamos la cebolla que nos dio la vida,

La pelamos, como jugando a la escondida,

Y las lágrimas brotan como en la cocina,

con cada melodía sale una capa que oculta

la esencia de esa niña que fui, y que puedo aún ser.

 

Integro esas partes escindidas,

Encuentro la forma de saber que puedo.

Devuelvo de nuevo ese amor inmenso,

Por siempre agradezco llegar a este puerto

Así me sumerjo, me escondo, aparezco

Y grito de nuevo:

 

¡piedra libre para tooodos mis compañeros!

 

   SOLEDAD SAVINA (2007)

Llegaba mi tío y la fiesta

ganaba la música que hace bailar.

Traía acordeón a caballo,

bajaba en el patio y nacía el compás.

 

Soltaba una banda de notas

poniéndole ritmo de polca o de vals.

Llenaban los trinos la casa

llevándole danzas al clan vecinal.

 

Dicen que música tuvo

mi ayer familiar:

la misma que suena en mis versos

y en vena la siento correr y cantar.

 

Juan Carlos Rogna

 

De cómo un reino pudo extinguirse. O De cómo las historias comienzan sin terminar. O De cómo comenzar.

 

Aquel lejano reino era conocido porque allí vivía un hermoso príncipe poseedor del más bello y luminoso “cordón de seda”.

Aquel cordón tenía la virtud de hacer sentir a quien lo luciera, único y especial entre todos los iguales.

El príncipe adornaba sus vestimentas atando de un modo diferente cada día, el cordón entre sus ropas. Se sentía orgulloso y llevaba su atuendo como la tarea más importante a realizar en su vida. Por esto, la gente en aquel reino, lo veía poderoso.

Sólo él en algunos momentos de silencio alcanzaba a saber, que aquel poder no le pertenecía. Dependía que en el otro extremo del cordón estuviese la reina… sujetando la luz del extremo invisible…

Cuando este silencio lo aturdía, salía al lugar más ruidoso de la ciudad y para creer su fortaleza desarrollaba un extraño ritual… Conquistaba en un salto olímpico a alguna mujer del pueblo. Al momento de la conquista, le seguía una confusa y potente danza de protección.

El cordón se estiraba. Por un instante eterno se sentía fuerte. Por un instante creía su nuevo y propio camino. Llegaba a sentir hasta el retumbe vivo de su corazón.

Pero finalmente…todo cambia. El cordón lo regresa a su límite.

Él… abandona.

El cordón restituye su brillo.

Y su espejo le restituye esa imagen sonriente de emperador. Sin luz propia pero con resplandor para el pueblo.

El reino finalmente un día, cayó en grave peligro de extinción.

Sólo continuaba la descendencia cuando alguna doncella con mandatos milenarios desgarraba de sus entrañas pequeños hijos con destino de soledades.

 

De quien será la responsabilidad del destino de aquel reino?

 

Del cordón?

Del príncipe que se contenta con simulacros sin conseguir vincularse íntimamente con otro ser?

De las doncellas incapaces de imbuir de valentía al príncipe para que finalmente llegue hasta ellas?

De la reina que sostiene el otro extremo del cordón convencida de que es su tarea aún después de muerta?

Del rey que no llego nunca a dar la mano a la reina en aquella historia?

O de todos los que se pusieron a señalar la culpa y olvidaron poner sus corazones inteligentes y sus caricias a tejer nuevas tramas que permita vivos y diferentes hilos luminosos para amar en libertad?

 

                                                                                              Diana Lorenzo (2006)

Alguna vez estuve ahí, era mágico
pero de pronto todo termino.
No se entendía bien.
Buscando, buscando, me di cuenta.
Vuelvo a creer, pero en secreto.
Hasta que el temblor pase
y brille el sol…

ALEJANDRO SOSA (2007)

 

Resiliencia (Boris Cyrulink).

La resiliencia es una actitud vital positiva que estimula a reparar daños. Se edifica desde la zona luminosa del ser humano, desde sus fortalezas, asumiendo la potencialidad de cada individuo para desarrollarse. Esto me resuena al objetivo educativo que propone la biodanza, de dar la posibilidad de desenvolver el potencial humano.

Esta capacidad resiliente, para nutrirse y fortalecerse requiere de apoyo social y de la posibilidad de recursos y oportunidades.

Fortalecer estos factores protectores que promueve la resiliencia y revalorizar el potencial interno y externo de cada persona ayudaran a reconstruir el proyecto de vida personal y comunitario.

La resiliencia es una llama que difícilmente pueda brotar en soledad. La confianza y la solidaridad de otros es una de las condiciones para que cualquier ser humano pueda recuperar la confianza en si mismo y su capacidad de afecto.

Todos poseemos la capacidad de hacerle frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas transformados y enriquecidos.

 

Proceso personal y articulación con lo teórico:

Reaprender el camino, reconstruir la identidad, uniendo fuegos, danzas, amores. Dejarme mecer por la tierra.

Reencuentro que florece en cada mirada, en cada caricia. Reaprender desde el afecto, re-construir y volver a las fuentes de nutrición naturales. Para ser yo misma, ahora más fuerte inmensa y ser parte de un abrazo cósmico construido para dar vida, desde el centro de la sacralidad de los corazones que danzan desde el origen.

 

Un destello de luz para regalar

 

Danzar, desde la piel, desde lo profundo, danzar amores, mecer el alma. Dejar fluir

Mi cuerpo es agua, agua blanda, sinuosa

Desde el encuentro nazco, me reinvento.

El juego me enseña el camino. el camino que és

el camino a seguir.

Tierra profunda, contacto eterno

El amor es inagotable

Me descubro en cada danza y voy encendiendo de a poco los fuegos de mi alma.

                                                                  PAULA SIGLIANO

 

 

Para matar un fantasma, nada mejor que arrojarlo de bruces sobre un charco de luz. No es tarea fácil, puesto que no acostumbran mostrarse según su forma y esencia. Más bien prefieren la penumbra de las bambalinas, sitio desde el que pueden mirar a piacere y sin que nadie se percate de su presencia. O casi nadie. El actor, que está desarrollando su monólogo, se encuentra encandilado por un mediodía trucho que le fabricaron los reflectores, y solo tiene oídos para el susurro del apuntador. Y para los aplausos, por supuesto. Pero esos vendrán después y solo a veces.

Entre el público, en cambio, suele haber algún exigente al que no le bastan las luces o no lo conforma la actuación. Y entonces, de puro aficionado a los contornos, se pone a forzar la vista dirigiéndola hacia los costados. Verá tal vez algún miedito de morondanga que se hace el vivo porque cree que nadie mira. Es el más superficial, el que pasa inadvertido sólo para el actor encandilado. Atrás de ése estarán los miedos mayores, esos fantasmas que andan en patotas invisibles. Son los peores. Cuando ocupan gran parte del universo desatendido, son capaces de matar por suicidio aparente.

Para enfrentar esos casos, será necesario algo más que un espectador disconforme. Se torna imprescindible un detective de las sombras. Un sabueso de los crepúsculos con capacidad no sólo para ver lo invisible. Además se requiere que tenga la suficiente habilidad como para ocupar de entrada el sitio del apuntador, y finalmente sustituir al director general de esa puesta en escena.

De ese modo podrá ayudar a cambiar la obra.

El actor empezará a decir como propias del personaje las palabras ajenas al texto aprendido y que poco a poco le irá soplando el sabueso. El iluminador encenderá otras luces, bajará el resplandor del mediodía, apuntará para otros lados. Los ojos del actor estarán entonces en condiciones de atrapar algún fantasma con fiaca que la vaya de canchero, y arrastrarlo al centro mismo de la luz. Ahí se mirarán de frente, a nadie le importará el público. Tal vez el actor descubra que nunca hubo nadie mirando su papel. Antes de ahogar al fantasma capturado le palpará bien los bordes, descubrirá la imprecisión de sus límites. Y lo tirará como a un papelito arrugado, lo verá hundirse en el charco de luz.

Una vez capturado el primer fantasma la cosa cambiará sustancialmente: será más fácil echarle el guante al resto de los que la jueguen de solitarios.

Luego de dominada la técnica, no habrá patota del pasado que resista ni la luz de un fosforito.

Para ese entonces el escenario habrá desaparecido de puro ficticio, no será necesario apuntador alguno y las luces serán dirigidas por el tipo.

Que ya no será actor: será un hombre más en el mundo que supo vencer las barras bravas de los miedos escondidos.

 

Juan Carlos Ronga

Ritmo

 

Vibra la tierra en mis entrañas

transito raíces, respiro incertidumbre

Estoy en un cántaro

tiemblo, bebo savia

presiento una flor encarnada

bostezo, me estiro

mis miembros se alargan

siento las pestañas

el corazón late, late

¿Debo elegir la mansedumbre

cerrar los ojos, dejarme llevar,

ahogar mis ansias? o

¿arriesgarme, saltar al abismo

soñar sin lágrimas, cantar escuchando?

Sé que debo abrazar  el ritmo, compartirlo

no perder mi esencia.

GRACIELA ENRICO (2004)

 

           Mujeres

 

Giran y giran hipnotizadas

entonan melodías ancestrales

sus cuerpos espejan el fuego

lo nutren , lo absorben.

Golpeando tambores

engendran la nueva armonía,

lejos de  antiguos asesinos

de la tristeza decadente.

Apartadas de los cálidos refugios

convocan

 lluvias de brasas,

 vientos de diamantes

ráfagas de ternura,

luego

los lanzan sobre el corazón terrestre.

Las voces femeninas  arriban

al fondo de los volcanes

y de las grutas

encuentran la sustancia

de la suerte y los deseos

este ruego a la tierra y al cielo

es simple

tiene fuerza y lógica imprevisible

modifica nuestros destinos

GRACIELA ENRICO (2004)