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Del grupo de Diana

Sábado de plenitud

Sabíamos que podía ser algo hermoso pero nunca imaginamos que tanto…

Tocó un día de calor bochornoso, calor total, y nosotros en la pileta cubierta: agua caliente. Pero nadie dijo nada y la clase se hizo igual. Ese calor preparaba la lluvia que ahora suena ahí en el patio, ahora que ya son las once  … de la noche de este mismo sábado 26.

Sentir la plenitud. Vivenciar juntos  esa totalidad. En un momento, de a cuatro. Los cuatro entonces, como uno solo.

Otro momento: el de ENTRAR al agua, una ceremonia que vivimos de la mano de Diana ayudándonos  a introducirnos en la pileta, luego del trencito increíble que armamos al borde. Desde la música, siempre desde la música compañera.

Sentir más a los otros que a uno mismo.

Biodanza en el agua. Una manera de conocer el infinito.

 

 

Risas y sonrisas

De muchos compañeros, recuerda uno la risa o la sonrisa. Pero haciendo historia, remontándonos al grupo primero, o uno de los primeros, aparecen evidentes los rostros de Alicia, de Claribel, de Hugo, de Amina, de Pierre. Aparece clara la risa de Claribel. Su risa y su sonrisa. Aparecen las ondulaciones de Mirtha, del cabello de Mirtha. La mirada profunda de Amina, la calidez de la mano de Pierre. Pasadas de Cristina, la  larguísima y rubia cabellera de Hugo, abrazos de Cecilia,  de Norma, la cantarina risa de Diana, mimos de todos, de los nombres que de a poco irán surgiendo en el recuerdo.

Pero aquél risas y sonrisas del subtítulo era para recordarla a ella, a Claribel, a sus rulos suaves y su querida claridad de alma. Claribel irradiaba claridad. Y así surge en esta historia mínima, iluminando a los compañeros, alumbrando, quemando…

 

Para vos, querida Claribel,

Todas estas ¨historias mínimas¨.

 

 

Con todo cariño

Marta Bruno